domingo, 21 de diciembre de 2008

COMIENZA EL VIAJE


La cita era 4 horas antes de la salida del vuelo, se podía entender al ver que éramos cerca de 300 personas, llenas de maletas, paquetes, bolsas grandes de plástico con todo tipo de utensilios, medicinas, alimentos, ropa para llevar a Tindouf. Era necesario que uniéramos nuestros paquetes para compensar los excesos de peso. Personas españolas que iban a convivir unos días con las familias de los niños saharauis que durante el verano vienen a España en régimen de acogida.


En la T4 nos esperaba nuestro “Financiero-catalán” con su mujer Chini, quienes habían volado desde Menorca. Allí le pasamos “los poderes” para que nos representara cara a las administraciones del Frente Polisario, en los campos de refugiados y negociara in situ , como nadie mejor que él lo sabe hacer, la compra de las “cabras”.


Después de 1,30 volando con Air Algerie , paramos en Oran, para repostar, cambio de tripulación y continuamos por 2,30 horas mas hasta el aeropuerto militar de Tindouf (Argelia). Nuestro visado nos permite solamente llegar al aeropuerto de Tindouf, y dirigirnos en distintos vehículos a los campos de refugiados . Aeropuerto pequeño, y salas provisionales para pasajeros ; la recogida de equipaje nos llevó una hora y media por lo menos, pues tuvimos que pasar todos los paquetes por scanner, equipos de música, de sonido, de iluminación, pues entre los pasajeros venían músicos de distintas partes de Europa, intelectuales, periodistas, artistas, que participarían en distintos eventos.


Distribución de pasajeros, según los destinos, camiones para echar los equipajes, coches todo terreno, vehículos de todo tipo.


Teníamos un coche todo terreno con chofer oficial y junto con Ali Mohtar, que le conocisteis en la cena , nos dirigimos hacia los “campos” (las maletas irían en camión ). Nos pusimos en camino, cansados, curiosos, risas y cada vez más risas nerviosas al ver que el chofer no sabía el camino y dábamos vueltas y vueltas como una peonza, en la oscuridad del desierto, solamente iluminados por el maravilloso firmamento que fuimos incapaces de disfrutar, a consecuencia de los nervios de algunos de mis compañeros, y de la incomodidad por los saltos del todo terreno. Estuvimos perdidos por el desierto horas y horas. Cuando ya amanecía, y con la ayuda de un militar que encontramos en un garito, pudimos llegar a nuestro destino. Ya era de día, las 8,30 de la mañana. Encontramos nuestras maletas tiradas en la arena delante de la puerta de la oficina de “protocolo” de la Daira (pueblo) donde íbamos a estar. Ahora a la busca de alojamiento. Nos facilitaron una lista de familias que se habían ofrecido a recibir a los visitantes. Ya todas las casas donde llamábamos estaban ocupadas y al fin encontramos una. LA MEJOR….. Respiramos, saludamos, desayunamos y descansamos unas horas.

No hay comentarios: